El beso
Probé tu boca. Bebí
El licor del deseo,
De gusto suave, dulzón,
Pasión y canela,
Ácido, amargo,
Amor y piel,
Un toque de menta.
No quise ni pude soltarme
Del aire que respirabas,
Tu barba áspera,
La carne de tus labios,
Tu lengua húmeda y certera.
Me apretabas contra ti
Abrazando mi cintura,
Tejías a mi alrededor
Una telaraña de pasión.
No quería escapar,
Sólo sentirme deseado.
Y tú, consciente de mi sumisión,
Campabas a tus anchas por mi cuerpo
Sin reparar en que, quizás,
Despertabas partes de mi
Que el deseo había olvidado.
Así pegados,
El tiempo se paró en éxtasis,
El placer me recorrió las entrañas.
Besaste mi boca
Dándome parte de ti,
Tomando de mi a tu antojo.
El mundo se desvaneció.
El silencio se hizo profundo.
Sólo estabas tú,
Tu sabor, tu humedad,
Y este esclavo que obedecía
Los antojos del patrón.
El momento se rompió
Cuando te separaste de mí.
El vértigo retorció
El suelo bajo mis pies,
El mundo giró.
Sonreíste, sonreí,
Y supe que eras tú.